Las copas vacías, las noches rotas.

Somos militantes de un ejército de soñadores
estamos todos muertos.
La ultima madrugada cerré los bares de esta ciudad
y todavía me quedaban penas que ahogar
en la garganta.
me miro en los espejos y no veo
mas que una nube decadente
lloviendo un ''yo'',
pienso en lo que he sido y en lo que soy,
un ego podrido de soledades.
Ahora que nuestras venas son de Baco vamos a asaltar el teatro, el de los guiñoles obscenos, quemaremos el telón con cerillas, violaremos al apuntador, le haremos daño.
Vamos a volvernos locos
Vamos a arrasar el parlamento.

Las escaleras estaban impolutas, brillantes escalones de oro, los pasillos en completo orden, precioso orden y silencio. Y vinimos nosotros a cantar canciones piratas en la biblioteca de Alejandria, volando por los aires cualquier ley que implicara calma.
Obviamente borrachos como cubas,
abrazando al enemigo con amor y con rabia,
aunque a la mañana siguiente
hubiese un cuchillo clavado
en nuestras entrañas.

Jamas volaremos.

Es triste saber que jamas pisaras la luna,
por mucho que la mires
y te enamores. 
Y que nunca veras una galaxia
ni averiguaras todos 
sus secretos. 



Y mas triste es descubrir
que la revolución nunca existió,
solo fuimos niños grandes
en la boca del lobo.

Moriremos de viejos sin haber besado
por ultima vez el suelo,
y seguramente dejando,
en cajas de cartón
sueños muertos.

En días vacíos, días de mierda,
cuando ni el sol mas radiante
nos llena,
cuando desaparecen todas
las estrellas,
y las nubes son bloques
de piedra negra. 
esos son los días perfectos
para se conscientes del tiempo
que nos queda. 

Aprovecha, corre ahora,
huyamos lejos de este infierno, 
seamos felices a nuestra manera,
como solo nosotros
sabemos. 

Niños y mendigos enamorados del absurdo final del mundo.

Abro la boca y escupo

barro, oxido y metralla

vísceras negras de odio

de guerra, de amor y de rabia. 

Sexo, drogas y espinas

tabaco, cerveza fría

tus labios, veneno y azufre

decadente vida. 

El mundo arderá y nosotros, 

seremos los enamorados

de un cementerio de ruinas

roto, olvidado, extraño. 

Y en los extrarradios del tiempo

pasamos desapercibidos

nosotros, los niños sucios

y los mendigos. 

En los extrarradios oscuros

taciturnos, sombríos

donde las farolas traen calor

calor podrido.