17.11.12

Niños y mendigos enamorados del absurdo final del mundo.

Abro la boca y escupo
barro, oxido y metralla
vísceras negras de odio
de guerra, de amor y de rabia. 

Sexo, drogas y espinas
tabaco, cerveza fría
tus labios, veneno y azufre
decadente vida. 

El mundo arderá y nosotros, 
seremos los enamorados
de un cementerio de ruinas
roto, olvidado, extraño. 

Y en los extrarradios del tiempo
pasamos desapercibidos
nosotros, los niños sucios
y los mendigos. 

En los extrarradios oscuros
taciturnos, sombríos
donde las farolas traen calor
calor podrido. 



1 comentario:

  1. ¿Pero quién no podría enamorarse del fin del mundo?
    Me enamoré de la foto de abajo.

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