Abro la boca y escupo
barro, oxido y metralla
vísceras negras de odio
de guerra, de amor y de rabia.
Sexo, drogas y espinas
tabaco, cerveza fría
tus labios, veneno y azufre
decadente vida.
El mundo arderá y nosotros,
seremos los enamorados
de un cementerio de ruinas
roto, olvidado, extraño.
Y en los extrarradios del tiempo
pasamos desapercibidos
nosotros, los niños sucios
y los mendigos.
En los extrarradios oscuros
taciturnos, sombríos
donde las farolas traen calor
calor podrido.
¿Pero quién no podría enamorarse del fin del mundo?
ResponderEliminarMe enamoré de la foto de abajo.